La ciudad se me venía encima y yo quería abrazarla.
Vibraciones mundanas, suspiros a plena voz, realidades ahogadas y sueños energizantes son parte de los paisajes que podrán sentir entre mis letras. Algunos se esconden y otros agitan su mano saludando a boca abierta. No se asuste que no muerden, a lo sumo son meros látigos en su cabeza. Queda usted formalmente invitado a recorrer esta tierra.
La ciudad se me venía encima y yo quería abrazarla.